Entre Brujerías y Fanatismos.
Leonardo Acuña, gay de 21 años-expreso que odia a su
padre a muerte. Lo odia porque este intento a través de las artes
obscuras conocida comúnmente dentro de la isla como brujería
asesinarle. Esto que cuento no es nada de ficción amigos lectores, es
una anécdota real que ha tocado de cerca
a un vecino gay mío del cual les hablo.
Su padre era un reconocido santero
y palero que practicaba la regla de ocha o santería; así como
el mundo del palo o regla de palo monte del cual muchos testimonian. Con su
hijo, fue cruel y despiadado, como también lo fue con quien se atravesó en su camino, lanzándole
así brujerías
que llevaron a algunos a la muerte.
Les cuento que el padre, un día que sorprendiera
a su hijo enrolado hasta el cuello en la cama con otro hombre, juro ante la prenda
(receptáculo que alberga huesos de difuntos además de otros materiales
organigos e inorgánicos que es donde habita un ente espiritual) según
su mismo hijo me cuenta, que había invocado al muerto para pedir que muriera
por avergonzar el nombre de la familia y principalmente el nombre de su
progenitor.
La madre ya había fallecido hacia unos meses
consecuencia de un cáncer que acabara con su vida. Siendo solo él, sus hermanas
mayores y su padre quienes convivieran en su casa siendo la vida para estas
menores, de hostil en culpa de su padre, y por consecuencia horrible a causa del
fanatismo
religioso; estas decidieron abandonar el hogar casándose muy jóvenes,
cuando apenas eran unas adolescentes.
Sin embargo mientras Leonardo convivió con su
padre, brujerías iban y venían en todo momento en su contra al punto que fuese
internado, a causa de trastornos mentales y debido a la sugestión que le repercutiese,
consecuencia de las actitudes del padre homofobo en un hospital psiquiátrico.
Sin embargo el tiempo paso y Leo se recupero
oportunamente, volvió al hogar sin previo aviso, cuando ni por un solo instante
él tuviera memoria de alguna visita de su padre al hospital de donde se
encontraba.
Cuando puso sus pies dentro de aquella puerta,
presencio un panorama distinto dentro de su hogar. Aquel padre quien trabajase
el espiritismo
y la brujería se encontraba lleno de mierda hasta el cuello producto de
dos trombosis que había sufrido. Estaba irreconocible producto de la vejez,
cojeaba de una pierna, y el lado derecho facial no lo movía.
Leo quien en tiempos de adolescencia no creía
en nada, ni siquiera en muertos obscuros; salió del hospital
siendo un joven bello y hermoso; además de creyente de la misma religión
que su padre. Él; hoy, da a conocer de que fueron sus guías espirituales
quienes lo ayudaron y ayudaron a soportar todo el mal sufrido a causa de este.
Desde que era tan solo un adolescente cuando
su padre lo sorprendiese teniendo sexo homosexual, pasaron solo ocho
años. Hoy el tiene 24 años y tiene una
hermosa relación. Sin embargo su padrino de religión quien le
aconsejase y guiase durante su estadía en el hospital, le dijo antes que
ocurriese, que su padre quien tanta maldición y daño le hizo, iba sufrir las
consecuencias de sus maldades revirándosele todo lo que hizo contra su hijo.
Leo quien hoy es creyente, afirma que el no
movió ni un solo dedo en contra de su padre para hacer brujería, sin embargo
agradece a Dios y a todos sus buenos difuntos y santos que lo acompañan de que
le protegiesen y guardasen de las maldades de su padre.
“La brujería-afirma-se le reviro. Esto
ocurre a la larga o a la corta. Por eso yo prefiero no hacer daño”.-Concluye.
Hoy, desafortunadamente su padre, mendiga su
cariño y atención para recibir ayuda; no teniendo esta en culpa, de los
resentimientos del hijo.
Leonardo hoy; la viva estampa del padre cuando
joven, prefiere vivir con su pareja lejos de este, para no recordar ni siquiera
el nombre de este.
Mas solo yo, y los vecinos que han visto lo
que les he narrado esperamos porque toda esta historia tenga un final feliz
tanto para el padre como para el hijo. Porque al fin y al cabo estos quieran o
no, son una familia que desafortunadamente no han comprendió que hay cosas en
la vida que no se escogen. Esto, me refiero a los padres y a los hijos.
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