Adventistas del Séptimo Dia y Gay.


Como creyente Adventista del Séptimo Dia y ademas gay, conozco la realidad de muchos adventistas gays que se encuentran en el anonimato, que temerosos aun no dan el paso de vivir libremente en Jesús dentro de la congregación,  porque temen las miradas desafectas y la desaprobación de los que hace tantos años han sido sus amigos en el caminar diario de la fe. Tenemos ante todo que se nos aparte de  Dios y de la iglesia porque todavía estamos arraigados a una conciencia y opinión machistas y heterosexista, que aun no entiende y discrimina a los de nuestra propia condición de homosexuales. Algunos tienen el conocimiento de la Palabra de Dios de que la homosexualidad no es un pecado, sino una opción mas que nuestro Creador ha dado para la raza humana en la cual expresar su forma amar, pero arraigados a los tantos años de enseñanza y de costumbres homofobicas y a la historia, tememos lo que la sociedad y la iglesia nos puede hacer en consecuencia, porque tememos perder nuestro bienestar, destruir nuestras familias e incluso ser separados de nuestra fe y de nuestros amigos quienes a lo largo de tantos años nos han acompañado. En fin que la mente y la conciencia conoce en el fondo que no existe ninguna incongruencia en ser gay y cristiano a la vez, pero a la vez las costumbres y  las enseñanzas arraigadas en nuestro subconsciente devenidos de generaciones de antaño nos hace dudar con temor si es que estamos equivocados o no, o si es que en verdad aquellos quienes nos agreden, discriminan y hostilizan tienen la verdad absoluta respecto a la pecaminosidad de la homosexualidad. Es decir nos encontramos divididos. Es una situación realmente triste de la cual muchos jóvenes y adultos atraviesan. No escapamos a esto. El mensaje de la iglesia siempre ha sido un mensaje claro y la actitud siempre ha sido una que la verdad a todos atemoriza porque es despótica, burlesca y cruel cuando se profesa desde el púlpito en algunas ocasiones, y otras muy cargadas de compasión como si de enfermos nos tratásemos cuando en realidad no lo somos. Nos hacen sentir como si mereciéramos recoger las migajas de la compasión para así entonces  amoldarnos a las costumbres heterosexistas. Pero todo esto no es solo lo que los gays adventistas atravesamos, sino todo cristiano gay a quien se nos culpa de homosexuales como si esta hubiera sido una opción a escoger en nuestras vidas. Nosotros quienes sentimos y padecemos en nuestra propia carne el estigma religioso es lo que en Dios mismo debemos vencer para su gloria honra convirteindolo en respeto de parte de quienes nos humillan y oprimen. Sea física, mental, emocional y espiritual. Quien diría que hace siglos atrás el Apóstol de los gentiles Pablo, aboliera la esclavitud o que a las esposas de feligreses en la congregación tomaran la palabra cuando debían estar absolutamente sujetas a sus maridos. Sin embargo la historia, la sociedad y la conciencia con el decursar de los años se transforma y lo que era en un pasado ya no lo es hoy. Por lo que si hoy se hablara de instaurar una esclavitud o de someter a la mujer a las costumbres de antaño en nuestra sociedad, muchos se escandalizarían de la propuesta. 
El mensaje es uno hoy, y es simplemente amoldarnos a la Palabra  y a este siglo con las virtudes de Cristo y por su Espíritu. Cuando Dios ha permitido los avances científico-técnicos, en la medicina, y en toda otra área, simplemente ha sido para otorgarnos sabiduría y beneficios. Así que honremos esa Sabiduría que Dios nos ha dado quien es Cristo. La Escritura no desdeña totalmente los tiempos actuales, sino que al contrario se fusiona con esta para ser testigos de avances que tocaran a nuestra puerta. No permitamos que la obsecacion, la mente cerrada, la obstinación, y el orgullo desatiendan los clamores de una minoría oprimida hoy, tanto por nuestra iglesia como por las costumbres del mundo, solo porque queremos seguir arraigados en el pasado. Cristo en su tiempo cuando vino a la tierra fue un hombre de progreso en el contexto histórico en que vivió. Así que imitemos a ese NUESTRO SALVADOR y demos la espalda a todo pensamiento arcaico que esclaviza y subyuga nuestra mentes, para así lograr  la la paz, la felicidad e igualdad entre los seres humanos que es lo que nuestro Dios requiere. La Escritura dice que Dios no hace acepción de personas, que vino a salvar a pecadores no a justos, que no demos falso testimonio (en relación a los homosexuales que niegan su sexualidad), que no adulteraras (en relación a los que adulteran lo que Dios ha establecido para nuestro cuerpo en concordancia con nuestra orientación sexual), que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, que el amor hecha fuera el temor), así que por tanto hagamos lo que Dios quiere y no lo que los lideres y pastores de iglesias nos enseñan, solo porque su intolerancia y falta de sabiduría les lleva a ello.
Pero exijamos respeto con amor y enseñanza como Jesucristo lo hizo. Los heterosexuales no piden que los acepten, así que  ¿porque  hacerlo nosotros? No me refiero a esto a que hagamos frente a ellos con despotismos o con malas acciones sino con la mansedumbre de Cristo y de su Espíritu.

Al principio, muchos cuando nos unimos a la iglesia, creímos que encontraríamos una familia que nos entendería y ayudaría a superar nuestros temores en la vida, (de eso me refiero a algunos), otros entraron consecuencia de sentimientos de culpa por razones sexuales. Luego en el transcurso del camino cuando pensábamos que recibiríamos ayuda, lo que recibimos fue desprecio, otro ante las recaídas por razones de orientación sexual lo que recibió fue el oprobio y la separación de la iglesia tachados de irremisos que no tienen ninguna oportunidad de salvación solo porque según la opinión de ellos nos aferramos a la carne y no al espíritu. Desmostremosles con el Espíritu, de Dios que El nos ha llamado en justicia y en verdad para salvar a muchos y para hacer de nuestro pueblo, uno comprometido con las enseñanzas de Jesús y nada mas. Dios les bendiga!!! @mariojdgonzalez

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