Ausencia de estimación hacia Mariela Castro incide de parte de Homosexuales en Cuba.
Mientras Mariela Castro, directora del Centro
Nacional de Educación Sexual (CENESEX) se auto deroga como la líder
y representante principal de la comunidad LGBTI en la isla; la mayoría
de las minorías sexuales no la estiman ni reconocen a consecuencia de
no presenciarse avances que satisfagan sus intereses.
Mientras gays y lesbianas son detenidos y
pasan la noche en una estación policial, siendo burlados,
multados y hasta chantajeados para tener sexo con oficiales del Ministerio del
Interior (MININT) a cambio de su liberación; esta según la mayoría que
puede ser entrevistada por cualquiera, alega que se la pasa echándose fresco o
sino viajando de aquí para allá hacia cualquier país, diciendo que en Cuba las personas LGBTI son tenidos en cuenta,
mientras se divisa en realidad que ella los usa para beneficio.
Primero que nada, para acabar de desenmascarar a Mariela
Castro y su institución; recomendaría a las ONGs internacionales LGBTIQ que
intenten establecer lazos de cooperación con la institución cubana, que antes de
sentarse a escuchar de labios de la ínclita los logros que dice ella que ha
alcanzado, se centre en dar un recorrido sin previo anuncio por todo el país
para comprobar la realidad exacta que viven los homosexuales a manos del
régimen para que no sean engañados. Recomendaría que visitasen la
isla sin previo informe, y después se presentasen a la oficina de ella para
contrastar la realidad con la libidinosa manera de ser de una oportunista.
Desafortunadamente la sociedad civil cubana durante muchos
años, no ha sido tenida en cuenta en sus opiniones y razones, siendo delegada a
un último plano. Lo que ha conllevado a que los avances en materia de
reconocimiento de derechos sexuales en el país no se hayan logrado antes en culpa
del control del estado que ejerce sobre los visitantes.
Ahora la realidad es otra, se habla de una sola sociedad
civil. Sea que este a favor del estado o en contra de esta. Y la misma,
ha de ser tenida en cuenta con iguales privilegios para evitar funestas injusticias sociales que podrían
empeorar la situación nacional.
Ya las ONGs extranjeras deben y tienen la facultad de exigir
al gobierno reunirse con los líderes y activistas LGBTIQ de la sociedad
civil sin que tengan pedir permiso al gobierno.
Nosotros como miembros LGBTI de la sociedad civil,
que hemos sido tachados de opositores al servicio de la potencia
norteamericana, hemos durante mucho tiempo cargado con el estigma impuesto del
gobierno de querer desestabilizar el sistema, cuando en realidad lo único que
pretendemos es dar orden al mismo, haciendo que se reconozcan los derechos
humanos y sexuales de las minorías de todas las maneras y formas posibles.
Afortunadamente tenemos que reconocer que ha sido esa
potencia extranjera, y no nuestro propio gobierno quien nos ha ayudado a tratar
de cambiar la condición homofóbica de nuestro país haciendo que por ello
carguemos con la ignominia cincuentenaria del oprobio.
No somos la escoria, ni la oposición como durante tantos años a
organizaciones internacionales sean LGBTI o no de derechos humanos se les ha
hecho creer que tratan de socavar la labor de una revolución y la obra de Vilma
Espín ex directora del CENESEX y de hoy Mariela Castro.
Somos más bien la vanguardia y el futuro que ellos no
quieren reconocer, y que trata de revertir el estado de homofobia institucional
que por tantos años ha caracterizado a la revolución pero que ha logrado poco
por el nivel de penetración que los mismos tienen sobre los que quieren y
buscan el cambio.
Exigimos los mismos derechos que cualquier ciudadano de a
pie. No
abogamos por un cambio de gobierno. Solo abogamos porque nuestros deberes y
derechos sean tenidos en cuenta sin importar lo que a nivel individual de las
minorías LGBTI pueda creer respecto a su ideología.
Queremos el cese de la represión policial; buscamos el
derecho a ejercer empleos dignos y estudiar sin que se nos cuestione la
identidad de género (en el caso de las personas transgeneros); queremos una encuesta
a toda la comunidad LGBTI del país para probar que no estamos equivocados,
y que en realidad lo que queremos es el matrimonio igualitario; no lo que el
Mariela
Castro dice, y el gobierno pueda o no ofrecer a través del
reconocimiento legal de uniones legales y consensuadas.
Abogamos porque nuestra opinión sea reconocida. Porque no se nos expulse más de
los lugares públicos, y porque tengamos el derecho a gozar de la libertad
de expresión y reunión donde quiera que estemos. Pedimos que acabe con
el toque de queda impuesto recientemente a la comunidad LGBTI que
asiste a algunos espacios de reunión. Queremos que no solo Adela (trans
reconocida de la provincia de Villa Clara sea la única que ocupe
el puesto a delegada de circunscripción de su zona), sino que toda la comunidad
LGBTI cubana pueda aspirar a ser candidata si es su vocación en las
próximas Asambleas locales, municipales o nacionales. Queremos tener el derecho
de ocupar altos cargos de dirigencia en el país sin que se nos denigre. Y
queremos por sobre todo, que sea un activista gay, lesbiana, bisexual, trans o
intersex quien nos represente nacionalmente y no una figura heterosexual que
responde más a los intereses del gobierno que el de los propios intereses de la
oprimida comunidad homosexual, bisexual y trans. @mariojdgonzalez