APOSTEMOS.
Recientemente Cuba y Estados Unidos
abrieron respectivas embajadas después de hace casi 54 años. Las relaciones se
han formalizado después de una amplia gama de conversaciones, estrategias y
asuntos. Pero aun para ambos países quedan asuntos que quedan por resolver y
que al respecto existe la voluntad para dialogar.
Son temas escabrosos y difíciles de tratar. No me
concentrare en los mismos porque todos bien sabemos de qué tratan.
Estos funcionarios tienen que lidiar con una serie de pros y
contras en la nueva política que quieren construir a fin de lograr un acuerdo
en diversos asuntos, que implicarían mutuos beneficios para ambas naciones.
Pero para la mayoría de los cubanos de a pie, el escepticismo, la incredulidad
y la desesperanza todavía impera en cada rincón y vidas.
Los homosexuales por ejemplo, creen que
aun cuando se produjeran cambios que beneficien a la isla seguirán las mismas
actitudes homofóbicas y transfobicas excluyentes que ha
caracterizado al gobierno y la sociedad a pesar de ir poco y paulatinamente
entendiendo estos temas.
Pero mientras desde el exterior no se decidan volcarse apostando por esta, a favor de un cambio radical al país. Los proyectos
LGBTIQ independientes seguirán mostrándose rezagados a pesar de sus
esfuerzos.
Como personalmente acostumbro a decir, la comunidad
homosexual
cubana, aunque muchos no lo quieran creer, es promesa y promesa de libertad, si con sabias estrategias
se fomenta el desarrollo, superación y estrategias a favor de un cambio. Solo
basta porque se apueste por los Proyectos Independientes LGBTIQ.
Los mismos ansían llevar a cabo acciones, hacer entrevistas, identificar los problemas
por medio de encuestas, efectuar investigaciones, hacer propuestas de leyes e
insertarse en todo ámbito posible a fin de tener una visión integral de lo que
realmente impide que la comunidad LGBTIQ salga por su
propia cuenta adelante.
Para todo esto hacen falta recursos que no se tienen. Y
hacen falta padrinos que se encarguen de brindarnos el asesoramiento pertinente
y la capacitación estricta en todo lo que convenga para caminar hacia adelante.
El trabajo debe de dejar de ser empírico y convertirse en
profesional para marcar la diferencia a fin de identificar los reales problemas
que impiden que la comunidad LGBTIQ cubana tiene y que hacen que por temor o por
servilismo se postre de rodillas ante una institución gubernamental como el Centro Nacional de educación Sexual
(CENESEX) que lleva a cabo sin consultar con las minorías sexuales de a
pie, todas las iniciativas que se le viene en ganas.
Ejemplo de esto lo tenemos cuando el CENESEX ha presentado al Parlamento
cubano el reconocimiento de la unión civil entre personas del mismo sexo,
cuando en realidad dicha institución no ha consultado con esta, si abogar por
hacer ley el Matrimonio Igualitario.
Ante tales inconveniencias las minorías se muestran
recelosas de las intenciones del CENESEX, pero a la vez se muestran
poco identificativas con los grupos independientes de la sociedad civil
cubana LGBTIQ, a causa de su pobre progreso, determinación y recursos
que no cuentan para llevar a cabo un plan de acción.
Debido a esta debilidad significativa que tienen, los grupos
LGBTIQ en Cuba tienen que hacer maravillas para tratar de llevar a cabo
sus actividades, haciendo que muchas de las cuales no se concreten debido a no
contarse con los medios necesarios para el mismo.
Buscan convertirse en referentes nacionales de las minorías,
pero si no cuentan con lo imprescindible, entonces que trabajo harán, si solo
con ideas no se cumplen objetivos.
Viendo la comunidad LGBTIQ las deficiencias
con que los proyectos de la sociedad civil independiente homosexuales cuentan,
muchos deciden no formar parte en la entramada del mismo porque no tienen nada
en absoluto que palpar a fin de ver beneficios. Los mismos déjenme decirles se
muestran muy prácticos a la hora de evaluar las opciones y ganancias. Y si no
se tiene una visión de estas y una panorámica de éxitos a alcanzar, muchos no
se sumaran haciendo que las minorías sexuales prefieran quedarse en su misma
posición de estancamiento, a no ser que se unan al CENESEX porque vean en
ello una ganancia.
Por esto es primordial hoy más que nunca que las ONGs y
proyectos del exterior se alejen de la posición acomodada de no apoyar, hasta
no ver más de los grupos LGBTIQ de la isla. Haciendo esto, harán que solo el
tiempo avance más y que la demora sea perjudicial para la sociedad y minorías
sexuales de Cuba.
Apostar hoy por esta, es verdad que es un arma de doble
filo. Hay muchas cosas en juego. Pero confío en que valdrá la pena, si lo
hacemos coherentemente en aras de no ver pérdidas, sino ganancias de ambas
partes, garantizando resultados y el éxito mutuo. Este es mi compromiso y de
seguro de los activistas LGBTIQ con la causa.
Por lo que hoy más que nunca antes, tenemos que decidir si
ganamos o no ganamos. Y si queremos hacerlo, tenemos que entender que la única manera
de hacerlo es apostando, ya que es la única formula que existe.
El As bajo la manga se encuentra oculta bajo los proyectos
de la sociedad civil independiente LGBTIQ. La misma representa ideas
promesas y vanguardistas que aún no pueden ser develadas para evitar plagios por la contraparte.
Solo espero, que este post sea tema de meditación y
planificación, y que muy pronto los resultados se vean, a fin de cambiar los
métodos que no generan ganancias. @mariojdgonzalez