Dios, el hombre o mi yo.
Mejor es confiar en el Señor que confiar en el hombre…,
mejor es confiar en el Señor que confiar en príncipes, dice el verso.
Salmo 118:6-9
Nuestros tiempos señalan que el hombre debe renunciar a su
confianza en si mismo y a su confianza en el prójimo, por sincero que este
pueda parecer. Vivimos en tiempos peligrosos, en tiempos de maldad engañosa y
oculta. Hoy día nadie sabe quien es quien.
En quien único tenemos garantía de confiar es en el Señor. Nosotros como
pecadores somos inconstantes como las olas del mar que van de aquí para allá.
Prometemos algo hoy, y mañana deshacemos lo que prometimos. Nuestros
pensamientos y palabras son vanos.
Debemos aprender a descansar en Dios y no temer al hombre,
ni a ninguna circunstancia sombría. Aun las circunstancias favorables pueden
alejarnos de Dios porque nuestra fe se debilita, alejándonos,
porque creemos que nuestra vida esta resuelta y no necesitamos nada mas.
Esta es la condición del ser humano en general, sea cual
fuere su posición, orientación sexual, condición física, raza, género, status económico
etc. Todos somos pecadores. Pero por ningún motivo debemos depositar la
confianza en los agentes externos que no separan de Dios; incluso depositar la
confianza en nosotros mismos es un fracaso seguro.
Hoy día cuando un sin numero de sitios Web hablan del ego,
del yoismo desenfrenado y del amor a si
mismo, debemos tener cuidado; y pedir a Dios que nos ayude amarnos a nosotros
mismos y a auto valorarnos en la medida correcta, equilibrada, en la medida en
que Cristo nos valora, ya que es una condición indispensable, para poder amar a
nuestro prójimo como a nosotros mismos, como el mandamiento bíblico nos señala.
Nuestra única premisa es depender de Dios en cada instante y
en cada momento. Priorizar el estudio diario de su Palabra y la oración continúa
con acción de gracias.
Por ejemplo: Muchos
gays y lesbianas que visitaban la iglesia acabaron alejándose de ella y de Dios,
por hacer caso a opiniones discriminatorias o por autocensurarse a si mismos. No debemos descansar en los
hombres sino en Dios. La
Palabra es clara en esto. Ella nos dice, que la verdad nos hará
libre.
Cada ser humano debe buscar la verdad única de Dios, y la
verdad personal que este quiere revelarle. Somos iguales en condición humana, pero
diferentes en cuanto a nuestro vivir y andar diario por la vida.
El mundo vive hoy desafortunadamente basado en las
tradiciones, y no valora lo que Dios en su infinita misericordia expresa en su
Santa Palabra. Una de estas tradiciones es el heterosexismo desenfrenado
con sus virtudes y desvirtudes, por así
llamar.
Todos, debemos beber
cada día de la Palabra
de Dios, donde único se encuentra la verdad. Solo así el ser humano podrá ser
feliz. Alejarse de las tradiciones es esencial para lograr que la sociedad deje
de juzgar y aprenda a dejar solo las cosas al Todopoderoso nuestro gran
legislador.
Si leyésemos la Palabra , nuevamente, nos percataríamos al leer que lo único
que el quiere es, misericordia no sacrificio.
El mal que vive hoy día la iglesia de Laodicea, es no
cumplir con esta amonestación. Comportándonos como legisladores, lo único que acarrearemos para nuestras almas es
condenación y no salvación, porque dice la biblia que solo hay un juez; nuestro
Dios.
Mejor es confiar en el Señor que confiar en el hombre…,
mejor es confiar en el Señor que confiar en príncipes, dice el verso. No insto
a que nos revelemos contra nuestros superiores, líderes, dirigentes eclesiásticos
y nuestros hermanos. Mi intención ante todo es mostrar que debemos actuar con sabiduría
y poner nuestro grano de arena para trabajar en favor de nosotros mismos, y de
nuestro prójimo, para erradicar la excesiva confianza que tenemos en nuestros
lideres.
Grandes de la iglesia han caído. Y personajes bíblicos como señala
la Escritura
han flaqueado. ¿Que nos dice esto, en cuanto a como reconsiderar nuestra
nuestra actitud y solo obedecer lo que dice la Palabra del Altísimo?
También cuando confiamos en gobernantes, nuestras relaciones
íntimas- personales, nuestros amigos, más que en nuestro Dios, somos siempre
chasqueados, sea de una manera u otra.
Dios nos advierte
todos los días de este grande mal. Que hoy sea un día de reflexión, meditación
y de nueva acción en tu vida basado en
la inmutable y certera Palabra de Dios.
Que Dios te bendiga y guarde.
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